Me gusta este libro “Totó, Nuestra Diva Descalza” de Patricia Iriarte, porque cuenta la vida de esta artista que recorrió su tierra para encontrar, recopilar y difundir la música de Colombia. Antes de leerlo ya me gustaba su música pero al leerlo entiendo su recorrido y lo que resulta mas inspirador es el capítulo que habla de “Los caminos interiores” .

“En los pueblos existen las casas, los tamborileros, los que fabrican los instrumentos, las costureras que hacen los vestidos de carnaval, los relatores de crónicas, en fin, se dividen las labores y los oficios. Cuando hay grandes celebraciones toda esa gente se se reúne, entrega lo suyo y todo aquello conforma una unidad. Eso no es improvisado y tiene una larga carga de tradición. Esto que hacemos nosotros aquí es parecido: nosotros no podemos salir a ningún escenario sin antes haber ensayado porque cada presentación es distinta, porque los públicos son distintos, porque las ciudades, los países, los idiomas son distintos y porque nosotros mismo somos distintos cada vez. (…). Supongo que alguna de tus abuelas hizo colchas de retazos. Recuerda que eran pedazos de tela sueltos, de diferentes colores, grabados, calidades y procedencias. Cuando la terminan todo lo que al comienzo pareció un caos ahora era el perfecto orden. De ese aparente desorden surge una unidad”