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LISPECTOR ME INSPIRA

de El Milagro de las hojas

(…) Milagro, no. Sino casualidades. Vivo de casualidades, vivo de líneas que inciden una en la otra y se cruzan y en el cruce forman un leve e instantáneo punto, tan leve e instantáneo que está mas bien hecho de pudor y secreto: apenas empezara a hablar de él, me encontraría hablando de nada.
Pero tengo un milagro, sí. El milagro de las hojas. Camino por la calle y con el viento me cae una hoja exactamente en los cabellos. Esa peripecia en la serie de millones de hojas transformadas en una única, y de millones de personas la peripecia de reducirse a mí. Esto me sucede tantas veces que he llegado a considerarme la elegida de las hojas.

Miedo a lo desconocido

Entonces eso era la felicidad. Y casi sin motivo. Al principio se sintió vacía. Después los ojos se le humedecieron: era felicidad, pero cómo soy mortal, cómo me trasciende el amor por el mundo. El amor por la vida mortal la asesinaba dulcemente, de a poco. Y qué hago? Qué hago con la felicidad? Qué hago con esta paz extraña y aguda, que ya está empezando a dolerme como la angustia, como un gran silencio? a quién le doy mi felicidad, que ya está empezando a lastimarme un poco y me asusta? No, no quiero ser feliz. Prefiero la mediocridad. Ah, millares de personas no tienen el valor de al menos prolongarse un poco más en esa cosa desconocida que es sentirse feliz, y prefieren la mediocridad.

Este es el primer libro que leí en lengua original brasileira. Es una biografía de Clarice Lispector. Me encantó verla enmarcada en la historia, una mujer atrevida y adelantada para su época. Disfruté las cartas a sus hermanas de sus exilios y viajes, el amor por sus hijos y su vida.